El III Festival de guitarra barroca Gaspar Sanz se celebró este año del 29 de abril al 2 de mayo en Calanda (Teruel) con una máxima participación de alumnos y oyentes. Los tres días estuvieron repletos de un contenido altamente interesante, tanto práctico como teórico.
El primer día, el 29 de abril de 2016, antes del concierto inaugural de Hopkinson Smith, el alcalde de Calanda José Ramón Ibañez daba la bienvenida a los participantes destacando la importancia de este evento para el pueblo. Después Ángel Quílez, presidente de la Fundación Quílez Llisterri, dirigió algunas palabras al auditorio y manifestó la importancia de la música y la musicología dentro de la Fundación. Finalmente, se presentó la revista Marizápalos como nueva plataforma del Instituto Gaspar Sanz. Thomas Schmitt, director artístico, destacó que una revista, aunque sea científica, hoy en día debe abrirse a la sociedad para difundir los resultados de la investigación. En este sentido, Marizápalos pretende ser una publicación donde se permita el amplio discurso de temas relacionadas con Gaspar Sanz como eje general; temas que pueden abarcar tanto la música del guitarrista calandino, de sus contemporáneos, pero también la percepción de la música antigua en siglos posteriores.
El auditorio pudo disfrutar después de un concierto magistral a cargo de Hopkinson Smith, quien interpretó con la guitarra barroca obras sobre todo de Gaspar Sanz, pero también de Francisco Guerau y de Santa Cruz. También tocó un Preludio del compositor francés Christian Rivet (* 1964), Hudôr, dedicado a él.
Sobran las palabras para comentar este concierto. Aparte del perfecto dominio del instrumento en todos sus aspectos sonoros, llama la atención la naturalidad de la interpretación: parece como si la obras tuvieran que ser así y solo así; la música respira, fluye como una expresión humana natural de tal modo que uno se olvida del resto.
El día siguiente, el 30 de abril, comenzaron los dos cursos de interpretación: el primero dedicado a la danza barroca y dirigida por la profesora Pilar Montoya. La casa de cultura en Calanda, un antiguo convento de los Padres Dominicos, proporciona para esta actividad todo lo necesario: un amplio espacio para la danza, una buena acústica, pizarras, y muchas cosas más que finalmente condicionaron el buen ambiente entre los alumnos y la profesora.
Paralelamente empezó el curso de interpretación para instrumentos de cuerda pulsada impartido por Hopkinson Smith. Este año el alumnado aportó un amplio abanico de instrumentos: la guitarra barroca, la tiorba, el laúd renacentista y barroco. La clase, impartida en el escenario de la sala principal, mostraba una vez más que Hopkinson Smith, además de ser un gran intérprete, sabe también reflexionar sobre la música, y, aún más importante, trasmitir esa reflexión a los alumnos.
Por la tarde de este sábado José Ángel Espejodio una conferencia sobre la Construcción de instrumentos antiguos de cuerda pulsada. Como constructor de instrumentos antiguos, José Ángel Espejo es reconocido internacionalmente. En una interesantísima conferencia, acompañada de una proyección de diapositivas, explicó pormenorizadamente los procesos de la construcción de un instrumento del que a menudo solo tenemos una idea general cómo debería sonar. La fusión entre creatividad e innovación, basada en un profundo conocimiento histórico, convierten la construcción en un acto altamente artístico.
El tercer día, el 1 de mayo, se repitieron durante el día los dos cursos de danza y de interpretación, con el máximo interés, entusiasmo y participación por parte de todos. Por la tarde Thomas Schmitt ofreció un concierto comentado sobre un instrumento hoy en día casi desconocido: la guitarra atiorbada. A partir de una serie de diapositivas explicó el complicado pero creativo proceso de reconstruir este instrumento, la guitarra atiorbada, del que solo disponemos escasos documentos. Interpretó obras de Gallot, Granata, de Visée y Bach.
El último día, el concierto de los alumnos permitió escuchar y apreciar algunos de los resultados de las clases con Hopkinson Smith. Sonaban guitarras barrocas, tiorbas, laúdes como instrumentos solistas y en conjuntos, de modo muy entregado y entusiasta. Después de este suculento deleite acústico se entregaron los diplomas a los alumnos; como novedad de esta edición se otorgó a dos alumnos una beca compartida para el próximo curso debido a su “entrega y proyección artística”.
Cabe destacar que entre todos, alumnos, profesores, conferenciantes y público se creó un muy buen ambiente que se trasladaba también a otros rincones de Calanda donde se mantuvieron discusiones vivas en las que Gaspar Sanz estaba, sin ninguna duda, presente.
Después de tres días intensivos de convivencia con la música antigua ya estamos deseando que comience la siguiente 4.ª edición del festival de guitarra Gaspar Sanz.